Hay diversas preguntas sobre la relación de la alimentación y la salud mental. Incluso algunas enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson pueden estar muy relacionadas con este factor. Uno de los síntomas en el Parkinson son los problemas intestinales especialmente la presencia de estreñimiento lo cual genera la presencia de mayor toxicidad debido a la reducción de la motilidad intestinal y a la disminución de los movimientos peristálticos.
En el caso de Parkinson se conoce una disminución de la Dopamina que es sintetizada por el aminoácido tirosina el cual tiene una relación directa con la microbiota intestinal. Hablar de GABA también es hacer referencia a la microbiota dado que este es el neurotransmisor principal inhibitorio de la corteza cerebral. En la primera etapa de vida es importante para una adecuada actividad intestinal, la presencia de ciertos nutrientes que son obtenidos por la leche materna como lo son los oligosacárido 2-fucosil-lactosa que favorece en los procesos cognitivos en el hipocampo.
De alguna manera podemos afirmar que somos lo que comemos debido a que a partir de los alimentos que consumimos serán las bacterias que se desarrollarán a nivel de los intestinos. Cada alimento que ingerimos contiene nutrientes que pueden ser utilizados por las bacterias intestinales para su crecimiento y actividad metabólica. En este aspecto, es importante resaltar que para un buen funcionamiento de la microbiota se requiere de más de 50gr de fibra que debe ser obtenida por medio del consumo de frutas, verduras y granos enteros. El consumo de alimentos procesados, grasas saturadas y azucares favorece al crecimiento de bacterias perjudiciales las cuales impactaran directamente sobre la salud física y mental. Una microbiota equilibrada y diversa se asocia a un mejor estado de salud y un menor riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes tipo dos, la obesidad, enfermedades cardiovasculares, así como neurodegenerativas y del estado de ánimo.

Depresión y Ansiedad
Las investigaciones demuestran que las personas que presentan trastornos del estado de ánimo tienen una microbiota alterada, impactando directamente sobre la síntesis de ciertos aminoácidos necesarios para la producción de ciertos neuroquímicos a nivel cerebral afectando el estado de ánimo y los procesos cognitivos. En relación con este aspecto, algunas bacterias de la flora intestinal producen estos aminoácidos como el triptófano y la tirosina, cuya disminución afectaría a la neuroquímica cerebral manifestándose diversos trastornos del estado del ánimo como lo son la ansiedad y la depresión.

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